Cuando se nos escapan las razones


«Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia. Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente.»
Génesis 21:10-13 RVR1960
Cuántas veces nos ofendemos porque otra persona actúa de manera que nos parece injusta. Sin embargo, Dios ve las cosas de otra manera y tiene una perspectiva que nosotros no vemos.
Sara aparentemente tuvo un ataque de celos. Es cierto que ella dio a luz el hijo legítimo de Abraham, pero aquí se evidencia una rivalidad que data de años entre Agar y Sara, que llevó a Sara a explotar finalmente.
1) los errores de Abraham tienen sus consecuencias. Su impaciencia ante la promesa de un hijo le llevó a engendrar a Ismael. Esto le trajo amargura por la rivalidad entre Sara y Agar y ahora entre Isaac e Ismael.
2) Abraham tenía aprecio por Ismael que durante muchos años fue el hijo predilecto, hasta que nació Isaac. Sara no podía soportar que Ismael hallase gracia ante Abraham incluso con las burlas de día del destete de Isaac.
A Abraham no solo no le parecería grave las burlas de un muchacho celoso de su hermano pequeño, sino que le pareció más grave el hecho de que su esposa le pidiese que echara fuera a Agar e Ismael.
La mayoría de nosotros estaríamos de acuerdo con Abraham implorando comprensión y amor por el muchacho y su madre. Me imagino a Abraham negándose a acceder a la petición de Sara. Sin embargo, Dios interviene diciendo: haz caso a tu mujer (por cierto, buen consejo para los casados…)
No creo que Dios estuviese de acuerdo con la actitud de Sara, pero eso no quita que tuviese razón, y para tranquilizar o conformar a Abraham, Dios le dice que va a proteger al muchacho y lo va a bendecir. Dios toma el problema entre sus manos y alivia la carga de Abraham.
En la vida vamos a encontrar personas que, en nombre de lo que es correcto y justo, actuarán de forma incorrecta o desagradable. Muchas veces me he visto impotente ante situaciones cuyo fin es correcto pero que se han usado medios dudosos. A veces Dios permite que esto se desarrolle por motivos que pueden escapar a nuestro entendimiento (en este caso, no sabemos hasta dónde habría llegado la rivalidad entre Isaac e Ismael). Lo que mi experiencia confirma y este texto muestra es que debemos dejar a Dios gestionar lo que a nosotros se nos escapa o no entendemos. A veces hay que dejar que otros se “salgan” con la suya y confiar que Dios reconducirá el asunto.

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