El Don profético


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Buenas Nuevas de Jesús, con amor
Guía de estudio nº 31

El don profético

Durante años, la mayoría de las comunidades cristianas han aceptado irreflexivamente la suposición de que la profecía cesó con la muerte de los doce apóstoles de Jesús.

Se ha creado un estado de opinión según el cual, el simple hecho de que una comunidad cristiana posea un profeta contemporáneo, basta para etiquetarla como “secta”. El sentimiento generalizado es que el Nuevo Testamento es la última revelación verbal de Dios al hombre.

Sin embargo, en Mateo 24:11 leemos estas palabras, dirigidas a los que vivimos en el tiempo del fin: “Muchos falsos profetas se levantarán...

¡Si advierte en contra de los falsos profetas que se levantarán, es porque necesitamos distinguirlos de los auténticos!

Sólo ignorando las Escrituras se puede concluir que el don profético terminó con el canon del Nuevo Testamento. Leemos en Hechos 2:17-20: “En los postreros días –dice Dios–, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán... y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas... y profetizarán.” No hay duda de que el cumplimiento perfecto de esa profecía se refiere al tiempo del fin, pues sigue diciendo: “Y daré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra... el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y glorioso.

¿Cuál es el motivo por el que existe la profecía y los profetas? Leemos en Amós 3:7: “No hará nada Jehová el Señor, sin revelar su secreto a sus siervos los profetas”. Según el relato bíblico, para cada acontecimiento trascendente en el mundo, Dios ha alertado siempre a las personas enviando un profeta. Antes del diluvio, envió a Noé. Antes de la liberación de Egipto del pueblo de Israel, envió a Moisés. Antes del exilio de Israel en Babilonia, envió a Isaías y Jeremías. Antes de la primera venida de Jesús, envió a Juan Bautista. ¿No te parecería bien extraño que no enviara a ningún profeta, antes del acontecimiento culminante en la historia de este mundo, que es la segunda venida de Jesús en gloria?

Es necesario distinguir entre el concepto de profeta, y el de canon bíblico. Juan Bautista, el mayor de entre los nacidos de mujer (según palabras del propio Jesús), no escribió una sola palabra en la Biblia. Tampoco lo hicieron Elías ni Eliseo. La Biblia cita profetas de los que no tenemos mayor información, por ejemplo, Natán y Gad (1 Crónicas 29:29).

Consideremos cuán importante es ese don del Espíritu, y cómo nuestra salvación eterna depende de que aceptemos el mensaje profético que Dios nos envía hoy.

El don de profecía: ¿un don para los últimos días?

1. Cuando Jesús ascendió al cielo después de haber resucitado, ¿qué dones concedió a su iglesia? Efesios 4:8, 11

RESPUESTA:
“Él mismo constituyó a unos, ___________; a otros, __________; a otros, ______________; a otros, _________ y ________.”

2. ¿Cuáles son las tres razones por las que nos da esos dones? Efesios 4:11 y 12

RESPUESTA:
(a) “a fin de ____________ a los santos”.
(b) “para la _____ del ____________”.
(c) “para la _____________ del ________ de Cristo.”

3. ¿Por cuánto tiempo habrían de permanecer esos dones en la iglesia? Efesios 4:13-15

RESPUESTA: “Hasta que todos lleguemos a la _______ de la ___ y del _______________ del Hijo de Dios, al ________ __________, a la medida de la estatura de la __________ de Cristo.”

Nota: Todos los creyentes están de acuerdo en que los evangelistas, pastores, maestros y misioneros son necesarios hasta la venida del Señor. ¿Acaso habría de ser diferente con los profetas? Ciertamente no hemos llegado aún a “la unidad de la fe”, a un “hombre perfecto”, por lo tanto, la iglesia necesita esos dones, incluido el de profecía.

4. ¿Qué caracterizará al pueblo de Dios del tiempo del fin, el que ha de vivir “en el día de nuestro Señor Jesucristo”? 1 Corintios 1:4-8 ¿Qué don especial poseerá?

RESPUESTA: “...el ____________ de Cristo ha sido confirmado entre vosotros...”

5. ¿Qué es el “testimonio de Cristo”, de acuerdo con la Biblia? Apocalipsis 19:10

RESPUESTA: “El testimonio de Jesús es el __________ de la __________.”

6. Lee ahora Apocalipsis 12:17, donde Juan describe a la verdadera iglesia como a una “mujer”. ¿Qué dos características la identifican?

RESPUESTA: “...guardan los ______________ de Dios y tienen la ____________ de Jesucristo.”

Nota: Si aún no estás familiarizado con el maravilloso don de la profecía, ¡te está esperando un gran tesoro en la despensa! El Señor nunca concedería un don del que no tuviésemos necesidad. Si él afirma que ese don es necesario para mantenerte firme hasta el fin, para que “seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo”, no debieras perder un solo minuto antes de familiarizarte con él. Te llevará a la “unidad de la fe”.

¿Cómo distinguir al verdadero profeta del falso?

7. Lee nuevamente Efesios 4:11, 12 y 16. Observa la expresión “edificación” y “crecimiento”. ¿Qué hace el verdadero profeta por la iglesia? ¿La edifica, o la destruye? Lee ahora Mateo 7:15-20 y responde cuál de las dos actividades caracterizará al verdadero profeta:

(a) Ataca y dispersa el rebaño, como hace el lobo; produce cardos y espinas.

O bien,

(b) Edifica la iglesia, fortalece el ministerio, trae a los seguidores de Cristo a la unidad.

8. ¿Qué criterio debe cumplir la enseñanza y obra de un profeta? Isaías 8:19 y 20

RESPUESTA: “¡A la ____ y al ___________! Si no dicen conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”

Nota: Tal como estudiaremos en la próxima Guía, se trata del mismo criterio que debe cumplir la iglesia verdadera. Si un supuesto profeta niega siquiera una sola enseñanza bíblica, no puede ser verdadero.

9. ¿Qué podemos esperar en estos últimos días? Mateo 24:24

RESPUESTA: “Se levantarán falsos Cristos y falsos __________, y harán grandes ________ y ___________de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los ___________.”

10. Si alguien intentara una vez engañarte con un billete falso de 50 €, ¿rechazarías a partir de entonces todos los billetes verdaderos de 50 €?

TU RESPUESTA: _____________.

El auténtico don de profecía en los últimos días

Después de muchos años de relativa oscuridad, llegó por fin el momento en el que se debe público reconocimiento a la existencia de un verdadero profeta. Ellen G. White fue llamada a la labor profética en 1844, momento en el que halló su cumplimiento la profecía de Daniel de los 2.300 años que señalaba a la purificación del santuario y la hora del juici-o, como preparación para la segunda venida de Cristo.

Hasta su muerte en 1915 (teniendo 87 años de edad), esta mensajera de Dios efectuó su obra, llevando fruto genuino. Jamás se apartó del gran criterio de la fidelidad a las Santas Escrituras. Las últimas palabras que pronunció frente a una gran asamblea pública, fueron: “Hermanos, os encomiendo a este Libro [la Biblia].” Su vida y escritos edificaron la iglesia, fortalecieron el ministerio, glorificaron a Cristo, obraron para la “perfección de los santos”. Millones de personas pueden testimoniar del valor de sus escritos en acercarlos al Señor. Como fruto directo de su vida de servicio y sus revelaciones de parte del Señor, se desarrolló un gran movimiento mundial que incluye escuelas, hospitales, universidades, casas publicadoras y hasta facultades de medicina. Si le aplicamos el criterio de Jesús de “por sus frutos los conoceréis”, hay evidencia abrumadora de lo genuina de su obra.

Pero no tienes por qué conformarte con el testimonio de ningún otro al respecto. Puedes comprobarlo y gustarlo por ti mismo. Lee El Camino a Cristo, El Deseado de todas las gentes, El Conflicto de los siglos, El ministerio de curación, La educación, La Conducción del niño o cualquier otro de los numerosos libros que escribió. Descubrirás en cada página la inequívoca huella de la inspiración divina.

11. ¿Existen antecedentes en la Biblia de otras profetisas, o bien el don profético ha sido siempre la exclusiva del sexo masculino? Éxodo 15:20; 2 Reyes 22:14; Hechos 21:8 y 9; Jueces 4:4; Lucas 2:36

TU RESPUESTA: ______________________________.

12. Quieres ser un cristiano fuerte, feliz, el tipo de cristiano que crece en el Señor y es una ayuda y puntal para otros. ¿Cuál será entonces tu actitud hacia los mensajes que provienen del genuino don de profecía? 2 Crónicas 20:20

RESPUESTA: “Creed en Jehová vuestro Dios y estaréis _________; ______ a sus __________ y seréis ______________.”

Nota: Se ha venido demostrando una y otra vez: aquellos que aceptan humilde y sinceramente el mensaje del don de profecía (conocido por “Espíritu de Profecía”), vienen a ser cristianos ejemplares y felices, y sus vidas contribuyen eficazmente a la edificación de la iglesia. Hasta iglesias enteras, lo mismo que instituciones, prosperan maravillosamente al seguir el consejo del Señor, tal como es revelado mediante ese don de la profecía.

13. Si contrajeras una enfermedad grave, ¿querrías que tu médico te engañase, disimulando la situación con buenas palabras y calmantes, o preferirías que te lo hiciera saber y tomara medidas inmediatamente para poner remedio? Cuando el auténtico “testimonio de Jesús” nos habla, ¿qué tipo de mensaje nos puede dar? Apocalipsis 3:19

RESPUESTA: “Yo __________ y _________ a todos los que amo; sé, pues, celoso y _______________.”

Nota: Los escritos de E. White, en tanto en cuanto “testimonio de Jesús”, a menudo incluyen amonestación y reproche. Pero siempre van acompañados de bálsamo sanador. El pecador es conducido una y otra vez al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Lee 1 Corintios 2:1 y 2, y observa la forma en la que esa verdad de la cruz resulta exaltada en los escritos del Espíritu de Profecía:

Los consagrados mensajeros que en los primeros días del cristianismo llevaron a un mundo moribundo las alegres nuevas de la salvación, no permitían que ningún pensamiento de exaltación propia echara a perder su presentación de Cristo el crucificado. No codiciaban ninguna autoridad ni preeminencia. Escondiéndose en el Salvador, exaltaban el gran plan de la salvación, y la vida de Cristo, el autor y consumador de este plan, Cristo, el mismo ayer, hoy y para siempre, era la nota tónica de su enseñanza.

Si los que hoy enseñan la Palabra de Dios elevaran más y más la cruz de Cristo, su min-sterio tendría mucho más éxito. Si los pecadores pudieran ser inducidos a dirigir una ferviente mirada a la cruz, y pudieran obtener una visión plena del Salvador crucificado, comprenderían la profundidad de la compasión de Dios y la pecaminosidad del pecado.

La muerte de Cristo prueba el gran amor de Dios por el hombre. Es nuestra garantía de salvación. Quitarle al cristiano la cruz sería como borrar del cielo el sol. La cruz nos acerca a Dios, y nos reconcilia con él. Con la perdonadora compasión del amor de un padre, Jehová contempla los sufrimientos que su Hijo soportó con el fin de salvar de la muerte eterna a la familia humana, y nos acepta en el Amado” (Los Hechos de los Apóstoles, p. 170-171).

“Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” 1 Pedro 5:7

“Orad sin cesar” 1 Tesalonicenses 5:17

“No se haga mi voluntad, sino la tuya” Lucas 22:42

“Dios dio a los hombres el poder de elegir; a ellos les toca ejercitarlo. No podéis cambiar vuestro corazón, ni dar por vosotros mismos los afectos a Dios; pero podéis escoger servirle. Podéis darle vuestra voluntad, para que él obre en vosotros tanto el querer como el hacer, según su voluntad” (El Camino a Cristo, p. 47 y 48).

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Si tiene alguna consulta, contacte a Pr. Pedro Torres.
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